viernes, 27 de marzo de 2009

La Astucia

Cuenta en la antigua leyenda que en la edad media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, por eso, desde el primer momento se procuro un chivo expiatorio para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio, ya conociendo que tenia escasas oportunidades o ninguna de escapar del terrible veredicto… ¡La horca! El juez también en complot, cuido no obstante, de ser todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del señor vamos a dejar en manos de el tu destino”. Vamos a escribir en dos papeles las palabras INOCENTE y CULPABLE, tú escogerás uno de ellos y será la mano de Dios quien decida tu destino. Por supuesto, el mal funcionario gavia preparado los dos papeles con la misma leyenda CULPABLE y la pobre victima aun sin saber los detalles se daba cuenta de que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El juez conmino al hombre a tomar uno de los dos papeles doblados. Este respiro profundamente, quedo en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomo uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engullo rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente: “Pero ¿Qué hizo? Y ¿Ahora? ¿Cómo vamos a saber el veredicto?”. “Es muy sencillo” respondió el hombre. “Es cuestión de leer que queda y sabremos lo que decía el que me trague”. Con rezongos y bronca mal disimulada, debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario